¿Qué hago para amansar a mi agapornis?
Estos animales pueden ser unas mascotas geniales, pero necesitarás invertir tiempo y paciencia para amansarlos y establecer una buena relación con ellos.
Lo ideal es hablarles en un tono tranquilo de voz, jamás gritarles para que se acostumbren a tu trato amable, pero si ves que les molesta hazlo con una frecuencia gradual hasta que lo acepten como algo natural.
Cuando logres estar lo más cerca posible de su jaula y tu agapornis no tenga miedo de tu presencia ni de tu voz, debes de buscar algo que les agrade como lechuga, manzana, zanahoria, etc. Y ponérselo en los barrotes de la jaula. Hacer esto durante unos días, posteriormente harás lo mismo, pero sin quitar tu mano del lugar.
Cada que te aproximes a su jaula, háblale con voz suave y tranquila para que el ave se dé cuenta de que no estás pensando en hacerle daño.
Inicialmente el pájaro puede retirarse o chillar, huyendo hacia la parte posterior de la jaula, pero su temor se irá reduciendo a medida que se dé cuenta de que no estás intentando atacarlo de ninguna manera.
Cuando el ave ya esté comiendo de forma normal, será necesario avanzar y comenzar con la domesticación. Es importante ser constante y no dejar de darle sus lecciones por tiempos prolongados ya sea de semanas o meses porque lo olvidará todo.
Primera lección
Los agapornis crecen rápidamente, y basan su comportamiento en el inicial adiestramiento. Si no se comienza a domesticar a una temprana edad, puede que después resulte mucho más complicado hacerlo, para hacer las primeras lecciones, elija un área pequeña y que sea muy segura para el ave.
Una bañera puede ser perfecta. Sin embargo, por si el ave pudiera escapar, es importante cerrar la tapa del WC, cubrir el espejo y guardar cualquier artículo venenoso o frágil.
Lleva a la zona de adiestramiento algunas golosinas, la jaula y un palo. Una vez cerrada la zona de adiestramiento, tu agapornis ya estará listo para comenzar a aprender. Empieza abriendo la puerta de la jaula del ave al mismo tiempo que le hablas de forma constante y suave.
Segunda lección
La siguiente lección está implicada con mostrarle al pájaro como subirse a tu mano o a tu dedo. Algunos adiestradores recomiendan el uso de guantes para que el pájaro en caso de asustarse no muerda. No obstante, otros expertos señalan que el uso de los guantes solo demora lo inevitable.
Cuando coman de tu mano puedes abrir la puerta de la jaula y dársela directo desde ahí para que vea que la mano no representa peligro, aunque no existan los barrotes.
Partiendo de esto, van a tardar muy poco tiempo en subirse a tu mano para comer, pero es importante que hagas este proceso con paciencia pues si das un paso inesperado que ellos no quieren, vas a correr el peligro de que te cojan miedo, es preferible dejar que ellos tomen la iniciativa.
Mientras que estén en tu mano puedes intentar acariciarlos por la nuca, esto les encanta, pero debes de hacerlo con mucho cuidado y con toda la seguridad de que tu pequeño amigo no se asustará. Especialmente no debes de hacer movimientos bruscos.
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